¡Un encuentro feliz para dar la bienvenida al verano!

¡Testigos y partícipes de una gran obra!

Entre el mes  de marzo y el mes de abril tuvimos el privilegio de observar cada día como una pared blanca se transformaba en una espectacular obra de arte.

Frank Perdomo Feo, conocido en el  mundo del arte urbano como Feo Flip, vino a enfrentarse ante un gran lienzo de ladrillo sin ideas preconcebidas. Primero, con calma, deambula por el barrio de Igueste de San Andrés, observa sus montañas, su costa, sus casas, dialoga con sus gentes. Sabe observar, pero también es un gran escuchador. Llega al aula y entabla una conversación con el alumnado para captar las ideas que quieren introducir en su obra. De esa tertulia surgen columpios, una zanahoria gigante y un “cabricornio”.

Bajo el sol abrasador que a veces baña Igueste comienza a plasmar todo lo que ha absorbido; dibuja contornos y deja que niños y niñas se sientan artistas y disfruten con él. Las brochas empiezan a danzar. En ocasiones, la intensidad del sol es abrumadora y el artista ha de tomar respiro y continuar a la tarde. La luz de la obra cambia y adquiere diferente dimensión, según la hora del día y el lugar del que se mire.

 Una puerta desvencijada o una parabólica interrumpiendo el espacio se transforman en una casa de tejas y una ensaladera con aguacates. Los aguacates tienen un aspecto tan real que dan ganas de coger la cuchara y meterle el diente, se percibe su cremosidad.

Feo Flip, Frank, muchas gracias por dejar este magnífico lienzo permanente en nuestro colegio para “degustarlo” cada vez que nos apetezca. Sabemos que se convertirá en otra seña de identidad del barrio, lo has integrado en la pared de manera magistral.

Lo hemos pasado muy bien y hemos “flipado” con toda esa creatividad que vas soltando por los poros y derramando en la pared.

Gracias a Ruyman Afonso Higuera, que nos acercó, a través del. Proyecto Tenique, a este magnífico artista urbano y gran persona.

En el centro queda también una frase sacada del libro de El Principito y plasmada por Frank: "Caminando en línea recta, no llegas muy lejos".

Una pared para crear y explorar el paisaje.

¡Manos a la obra!

Van plasmándose las ideas.

¡Todos a una!

Aportando ideas. 

¡Menuda zanahoria!

Qué color tan chulo, ¿eh?

¡Nos está quedando guapo!

¡Qué "diver" pintar con rodillo!

¡Allá voy! ¡Más azul!

Un ratito en la pared del patio. 
Aportamos ideas y creamos historias con nuestros personajes.

Al final, nuestra niña robot, que se llama Candelaria, se enamora del niño que nos pintó Frank. 
 

Frank es un artista que sabe integrar los obstáculos del espacio, reinventando otros mundos. La puerta, una casa.


¿Se nota que nos gustan las zanahorias?

Por la tarde se ultiman detalles. El sol es muy traicionero por la mañana. 

El artista firmando sus obras. 
 
Frase del Principito. Importante tenerla en cuenta circulando por la vida.





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